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Los 10 temas propuestos para estructurar el sistema
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universitarias y universidades). A diciembre de 2013 se re-
gistraban 286 instituciones y su matrícula superaba los dos
millones de estudiantes. El fomento, inspección y vigilan-
cia de las mismas se hace desde el nivel central, a través
del Viceministerio de Educación Superior, del Ministerio de
Educación Nacional.
La segunda alternativa es la educación para el trabajo y el
desarrollo humano, antes denominada educación no for-
mal, y que adopta esa denominación con la ley 1064 de
2006. Allí se establece que el Estado reconoce a la educación
para el trabajo y el desarrollo humano como factor esencial
del proceso educativo de la persona y componente dinami-
zador en la formación de técnicos laborales y expertos en
las artes y oficios. Se entiende como la construcción de un
pensamiento creativo e innovador, que le permita al indivi-
duo intervenir inteligentemente las realidades del entorno e
incursionar creativamente en el mundo del trabajo.
El decreto 4904 de 2009, reglamentario de las leyes 115 de
1994 y 1064 de 2006, señala que la educación para el trabajo
y el desarrollo humano comprende la formación permanente,
personal, social y cultural que se fundamenta en una con-
cepción integral de la persona.
El decreto, además, establece que la educación para el trabajo
y el desarrollo humano hace parte del servicio público edu-
cativo y que responde a los fines de la educación consagrados
en la Ley 115 de 1994. Destaca que sus objetos son comple-
mentar, actualizar, suplir conocimientos y formar en aspectos
académicos o laborales, y que conduce a la obtención de un
certificado de aptitud ocupacional.
Al momento de desarrollar esta propuesta de política pú-
blica, cursa en el Congreso de la República un proyecto de
ley de formación profesional, impulsado por la Asociación
Nacional de Instituciones de Educación para el Trabajo y
el Desarrollo Humano ASENOFT. El proyecto pretende am-
pliar el marco de acción operativa, de impacto y niveles de
formación de esta modalidad educativa, con un impacto
directo sobre la oferta de programas técnicos profesionales
y tecnológicos.
A nivel mundial esta formación es reconocida como formación
profesional, e incluye los programas educativos y formati-
vos diseñados para una ocupación o un tipo de ocupación
concretos. Normalmente implica una formación práctica, así
como el aprendizaje del contenido teórico correspondiente,
y es diferente de la formación académica.
Esta formación conduce a la obtención de certificados
técni-
cos laborales por competencias
para programas de formación
laboral (mínimo 600 horas), y certificados de
conocimientos
académicos
para programas de formación académica (mínimo
160 horas), de conformidad con lo regulado en el Decreto
4904 de 2009. En el país hay 3.434 instituciones de ese tipo.
La matrícula, a diciembre de 2013, era aproximadamente de
1.4 millones de estudiantes. Aun cuando el Ministerio de
Educación Nacional cuenta con una unidad de educación
para el trabajo y el desarrollo humano, ésta no alcanza a
atender todos los objetivos de fomento y promoción de esta
modalidad, cuya competencia de autorización, supervisión,
control y fomento se hace de manera descentralizada desde
las respectivas entidades territoriales, certificadas a través de
las Secretarías de Educación.
Los programas técnicos laborales, además de desarrollar com-
petencias básicas y ciudadanas, desarrollan competencias la-
borales específicas relacionadas con las áreas de desempeño
referidas en la CON o Clasificación Nacional de Ocupaciones.
Prepara a las personas en áreas específicas de los sectores
productivos. Su diseño curricular se estructura bajo el enfoque
de competencias.
Además de estos dos tipos de oferta educativa de característica
post-media, el país cuenta con el Servicio Nacional de Apren-
dizaje, SENA, cuya oferta se identifica como
formación profe-
sional integral
(Ley 119 de 1994). En la actualidad concentra
la matrícula de más de la mitad de estudiantes en programas
técnicos laborales; y también oferta programas tecnológicos
de educación superior. Así mismo, desarrolla programas de
articulación con establecimientos educativos de media que,
en el marco de Modernización de la Educación Media, serán
procesos complementarios, electivos para los estudiantes y
que fomenten el tránsito a mayores niveles de formación.